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viernes, 23 de julio de 2010

MEDICINA BIOLÓGICA Dr. Germán Duque Mejía: ALEXANDER VON HUMBOLDT



Alexander Von Humboldt
Nacimiento: Berlín, 14 de septiembre de 1769
Fallecimiento: 6 de mayo de 1859
Nacionalidad:   alemán
Campo: naturalista
Alma máter: Universidad Libre de Berlín

Friedrich Heinrich de Humboldt (Berlín, Alemania, 14 de septiembre de 1769 - 6 de mayo de 1859), conocido en español como Alejandro de Humboldt, fue un geógrafo, naturalista y explorador prusiano, hermano menor del lingüista y ministro Wilhelm Von Humboldt.

Es considerado el "Padre de la Geografía Moderna Universal". Fue un naturalista de una polivalencia extraordinaria, que no volvió a repetirse tras su desaparición. Los viajes de exploración le llevaron de Europa a América del Sur, parte del actual territorio de México, EE.UU., Canarias y a Asia Central. Se especializó en diversas áreas de la ciencia como la etnografía, antropología, física, zoología, ornitología, climatología, oceanografía, astronomía, geografía, geología, mineralogía, botánica, vulcanología y el humanismo.
               
 Formación y exploración

Hijo de Alexander Georg Von Humboldt, un oficial del ejército de Federico II el Grande de Prusia, y de Marie Elizabeth Von Hollwege, heredera de una fortuna de un matrimonio anterior. Recibió educación en el castillo de Tegel, del actual distrito de Reinickendorf, Berlín y se formó intelectualmente en Berlín, Fráncfort del Oder y Gotinga. Durante su adolescencia deseaba dedicarse a la carrera militar, pero su familia lo alejó de esta inclinación. Realizó su primer viaje formativo en la primavera de 1790 y lo llevó a lo largo del río Rin hasta Holanda y de allí a Inglaterra, con lo que empezó a soñar con navegar a otros continentes. El regreso a su país lo hizo en el marco de la Revolución Francesa, lo que contribuyó al fortalecimiento de sus ideas liberales.

Estudió en la Escuela de Minas de Freiberg y trabajó en un departamento del gobierno, pero tras la muerte de su madre a finales de 1796 renunció a su carrera de funcionario público prusiano y se lanzó de lleno a sus ambicionados viajes científicos. Tenía disponibilidad de fondos económicos, fruto de su herencia, y se relacionaba con personalidades como Friedrich Schiller y Johann Wolfgang Von Goethe.

Viajó a París y planeó un viaje por África. Sin embargo, este proyecto se vio truncado, por lo que decidió partir a explorar América del Sur y Centroamérica (1799). En compañía del francés Aimé Bonpland, recorrió diez mil kilómetros en tres etapas continentales. Las dos primeras en Sudamérica, partiendo de Cumaná y Caracas, y en el Alto Orinoco, visitando La Esmeralda y el río Casiquiare. La segunda de Bogotá a Quito por los Andes, y la tercera recorriendo la Nueva España, donde obtuvo las autorizaciones necesarias para recorrer el vasto territorio, con la condición de que no revelara esa información al gobierno de Estados Unidos. Logró recopilar gran cantidad de datos sobre el clima, los recursos naturales, la orografía, la flora y la fauna de la región. En la Nueva España, se levantó, bajo su dirección, el primer censo nacional, e impresionado por la riqueza y por la forma del territorio lo calificó como "el cuerno de la abundancia".

Visitó Bogotá con el principal objetivo de entrevistarse con el botánico José Celestino Mutis, lo que le representó tener que remontar el río Magdalena y ascender por los caminos de los Andes.

Humboldt terminó sus viajes por América con una visita a Estados Unidos, donde fue huésped del presidente Thomas Jefferson, un aficionado de los estudios geográficos, en especial sobre la Nueva España, poco después México, gracias a los cuales Estados Unidos obtuvo información estratégica de la riqueza de su vecino y del estado de debilidad interior que lo aquejaba. Los servicios de Humboldt, aportados ingenuamente, fueron cruciales para avivar el deseo norteamericano por apoderarse de los territorios Mexicanos, como al poco tiempo ocurrió.

De hecho el "Mapa de la Nueva España", que a la postre apareció publicado en su "Ensayo Político de la Nueva España" (1811), era conocido y utilizado por el ejército de Estados Unidos con miras a la guerra con México.

Finalmente Humboldt y Bonpland regresaron a Europa desde Filadelfia, llegando el 30 de junio de 1804 a Francia. En París conoció a Simón Bolívar, quien solía decir que Humboldt era "el descubridor científico del Nuevo Mundo, cuyo estudio ha dado a América algo mejor que todos los conquistadores juntos". Humboldt conoció en París en 1818 al joven científico peruano estudiante en la École Royal de Mines de París Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz, de quien fue años después su gran amigo y mentor.


El 5 de junio de 1799 salen de La Coruña a bordo de la corbeta de guerra Pizarro y 14 días después hacen escala en las islas Canarias. Retoman el rumbo hacia las Indias Españolas con dirección a La Habana y México, pero una epidemia desatada en la embarcación los hace desviarse hacia Tierra Firme y desembarcar en Cumaná el 16 de julio de ese año. Desde allí recorren la península de Araya, valle de Caripe, cueva del Guácharo, las misiones de San Fernando y otros lugares del actual oriente venezolano. Seguidamente parten hacia La Guaira, haciendo escala en Higuerote, desde donde Bonpland continúa el viaje por tierra. El 20 de noviembre llega la expedición a La Guaira y emprende marcha hacia Caracas. Allí son recibidos por el gobernador y capitán general Manuel de Guevara Vasconcelos, quien se ocupa de atenderlos.

Ya instalados, ambos viajeros (Humboldt y Bonpland) se dedican a explorar los alrededores de la ciudad y el 2 de enero de 1800 ascienden al Cerro el Ávila acompañados por Andrés Bello, quien pronto sería reconocido como El Patriarca de las Letras Americanas. Luego parten hacia los valles del Tuy y Aragua, visitan Antímano, La Victoria, Turmero, Maracay, Valencia, Guacara, Las Trincheras y Puerto Cabello. Desde allí se dirigen a los llanos centrales pasando por Calabozo y San Fernando de Atabapo. Siguen hacia el Orinoco y recorren los pueblos de misión hasta llegar a San Carlos de Río Negro. Exploran el Orinoco y sus afluentes, visitan Angostura y desde allí se dirigen por El Pao a Barcelona y luego a Cumaná, terminando así el recorrido por el territorio de Venezuela.

En términos generales, la expedición se ocupó del estudio de los recursos naturales (flora, fauna, minerales, ríos, suelo, fenómenos, etc.), así como de la observación de las costumbres indígenas y del resto de la sociedad. Bonpland fue el encargado de recolectar las plantas, la mayoría de ellas desconocidas por la ciencia de la época, y de colaborar con Humboldt en la redacción posterior de varios trabajos.


Viaje de Humboldt y Bonpland por el Nuevo Reino de Granada

En marzo de 1801 Humboldt y Bonpland regresan a Sudamérica, llegando por accidente a Cartagena de Indias, luego de que una tormenta desviara su barco.

Allí conocen a José Ignacio de Pombo, quien les narró los esfuerzos que en Santa Fe de Bogotá realizaba el sacerdote José Celestino Mutis al frente de la llamada Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Esto los determinó a cambiar los planes y dirigirse al interior del Nuevo Reino.

El historiador Michael Zeuske, de la Universidad de Colonia, Alemania, considera, en su tesis "Alexander Von Humboldt y la comparación de las esclavitudes en las Américas” dice;

“El primer territorio americano visitado por Humboldt que no era parte de la periferia del imperio colonial hispánico como Cumaná, Caracas, los llanos, Guayana, Parime, el Orinoco o Cuba...fue el Nuevo Reino de Granada. La Nueva Granada era un centro en el sentido de “reino”, o, mejor, “reyno”, es decir las partes del virreinato, gobernadas directamente por un virrey (en su tiempo el burócrata Pedro de Mendinueta). En cuanto a la experiencia de Humboldt en este territorio podemos comprobar tres aspectos de su viaje en real time: su predisposición de científico reformador, muy reforzada por sus experiencias en la Venezuela politizada, y su manejo de las complicadas redes de comunicación en cuanto a tres fenómenos que tenían que ver unos con otros: la revolución de Haití (que entre 1797 y 1802 ostentaba cierta estabilidad bajo Toussaint), el autonomismo de los criollos y la esclavitud”.

Sin embargo, la llegada du Humboldt apenas fue considerada por el Gobernador Regio de Cartagena de Indias, Anastasio de Zejudo, quien escribió al Virrey el 10 de abril de 1801:

“…Rieux se me presentó ayer, y en vista de lo que Vm. me dice le entregué su Pasaporte corriente, y saldrá luego p.a esa con el Prusiano Barón de Humboldt, á quién sin embargo de no haber órdenes aquí sobre el particular, le he permitido pase á presentarse á Vm., con respeto á la R.l orn [Real orden] que me manifestó, y por solo laqué [sic] le han permitido diferentes Gobernadores el uso desu [sic] comisión”.

El citado Zeuske señala: "Para los funcionarios imperiales, en la primera parte de su viaje, Humboldt no merecía una noticia en sus procederes burocráticos, con excepción de Vicente de Emparán en Cumaná. Eso se puede demostrar también con la correspondencia de Pedro Carbonell, gobernador y capitán general de Caracas: “Por aquí ninguna novedad particular; han llegado a Cumana los Correos [uno de ellos el barco que transportó a Humboldt y Bonpland – M.Z.] de Agosto y Sep.re [de 1799]...“. No da cuenta ni de la llegada de Humboldt. El gobernador de Cartagena tampoco escribe nada sobre Humboldt en ninguna de sus siguientes cartas al virrey".

Arribo a Santafé de Bogotá

"Nuestra entrada en Santafé constituyó una especie de marcha triunfal. El Arzobispo nos había enviado su carroza, y con ella vinieron los notables de la ciudad, por lo cual entramos con un séquito de más de sesenta personas montadas a caballo. Como se sabía que íbamos a visitar a Mutis, quien por su avanzada edad, su prestigio en la Corte y su carácter personal es tenido en extraordinario respeto, procuróse por consideración a él, dar a nuestra llegada cierta solemnidad, honrándolo a él en nuestras personas. Por exigencias de la etiqueta, el Virrey no puede comer en la Capital en compañía de nadie, y así nos invitó a su residencia campestre de Fucha. Mutis había mandado habilitar para nosotros una casa cerca de la suya, y nos trató con extrema afabilidad. Es un anciano y venerable sacerdote de unos 72 años, muy rico además: el Rey paga 10.000 duros anuales por la Expedición. Desde hace quince años trabajan a sus órdenes treinta pintores; él tiene de 2.000 a 3.000 dibujos en folio, parecidos a miniaturas. Excepto la de Banks, de Londres, nunca he visto una biblioteca más nutrida que la de Mutis".

"El barón de Humboldt venía a la Nueva Granada ... con el propósito de trazar el mapa de la región norte del Amazonas y comparar sus colecciones con las del botánico José Celestino Mutis. Lo que no esperaba encontrar era un equipo tan organizado de herbolarios y pintores trabajando en tan magna empresa. Con la generosidad propia de su espíritu, elogió ampliamente la obra de Mutis y enfatizó su admiración por los trabajos pictóricos. Así lo manifestó también más tarde en la correspondencia que sostuvo con Don José Celestino Mutis."


Humboldt en Cuba

Las dos estancias del barón Alexander Von Humboldt en Cuba suman en total unos tres meses: del 19 de diciembre de 1800 hasta el 15 de marzo de 1801, y del 19 de marzo hasta el 29 de abril de 1804. En ambas ocasiones estaba, en cierto sentido, de tránsito: primero camino de Venezuela a Colombia, y en la siguiente, de México a Estados Unidos.

Ello le arranca esta confesión: "Desde que el perfeccionamiento del arte de la navegación y la creciente actividad comercial de los pueblos ha acercado las costas de ambos continentes, desde que La Habana, Río de Janeiro y Senegal casi no nos parecen sitios más lejanos que Cádiz, Esmirna o los puertos del Báltico, uno duda al querer atraer la atención del lector hacia una travesía desde las costas de Caracas hasta la isla de Cuba. El Mar de las Antillas es hoy tan conocido como el Mediterráneo".

En el contexto de las Antillas, Cuba también constituye un caso excepcional: su larga tradición como lugar de asentamiento y su fuerte identidad nacional -que puede sorprender en un país que fue dependiente por más tiempo que otros-, la distinguen de otras islas y la acercan a las naciones de Europa. La Habana, ante el recién llegado de entonces, parece al mismo tiempo metrópoli y colonia. Cuba ocupa un sitio especial en la topografía imaginaria de Humboldt: como frontera geográfica entre la América del Norte y la del Sur, como eslabón imaginario entre América y Europa, como pausa necesaria en el viaje de Venezuela a Colombia y de México a los Estados Unidos…

Además, como región civilizada en comparación con los paisajes arcaicos de los llanos, de la selva y del Orinoco; como terreno relativamente familiar en medio de lo ajeno. Cuba viene a ser el espacio intermedio de Humboldt, un microcosmos de su viaje a América, en el que los más disímiles fenómenos observados parecen sintetizarse y coexistir contradictoriamente. Es considerado el "segundo descubridor" de la isla después de Colón.

Viaje de Humboldt y Bonpland por Ecuador y Perú

Alexander Von Humboldt y Aimé Bonpland al pie del volcán del Chimborazo, cuadro de Friedrich Georg Weitsch (1810).

Humboldt llega a Perú y descubre la corriente marina denominada: corriente de Humboldt. En Quito, capital de la Real Audiencia española, Humboldt es recibido por los nobles locales, entre ellos, la familia de Juan Pío Montúfar, Marques de Selva Alegre. Junto con el hijo de este, Carlos, Humboldt realizó varias ascensiones a los Andes ecuatorianos, entre ellos al Chimborazo, el nevado más alto del Ecuador. Humboldt recorrió prácticamente toda la Sierra del Ecuador, realizando mediciones de las montañas y recolectando plantas. Junto con Montúfar, viajó hacia la Nueva España y de ahí ambos pasaron a Europa.

Viaje por Nueva España (México)

El 22 de marzo de 1803 llega con una fragata española de Guayaquil (Ecuador) a Acapulco, el puerto Mexicano del Pacífico. Visita las cercanías y las describe en su diario, antes de proseguir su viaje el 29 de marzo por Chilpancingo y Taxco hasta la Ciudad de México (llegando el 12 de abril). En un México construido con las ruinas de la capital de los Aztecas, Humboldt descifra el Calendario Azteca o Piedra del Sol que fue desenterrado en la Plaza Mayor, y hace varias excursiones en los alrededores.

Por ejemplo, visita las minas de Pachuca, Real del Monte, Morán y Guanajuato y los impresionantes alcantarillados de la ciudad en Huehuetoca. Además sube el 19 de septiembre de 1803 a la cumbre del Jorullo, emergido de las entrañas de la Tierra cuarenta y cuatro años antes en el estado de Michoacán. Sus historias sobre el volcán se difunden rápidamente en Europa y atraen numerosos aventureros que quieren experimentar por sí mismos lo que ha descrito Humboldt en sus textos. El Jorullo se volvió el volcán más conocido entre los científicos.

En enero de 1804 Humboldt regresa a la alcantarilla de Huehuetoca y escribe sobre su penosa construcción, lamenta sobre todo las inhumanas condiciones de trabajo para los Indios. También se preocupa de las circunstancias en las minas coloniales, escribe un amplio informe sobre la mina de Guanajuato e intercede a favor de los trabajadores. Estuvo muy activo en la Ciudad de México, planeó perfiles geológicos, atendió exámenes del Colegio de Minería y visitó varias instituciones y eruditos. Las condiciones en las cuales encontró los institutos, las describe modélicamente ante todo debido a que blancos e indios trabajan juntos ahí.

El 20 de enero de 1804 sale del centro cultural iberoamericano y va a Veracruz. Durante su viaje mide el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y escala el Cofre de Perote. La medición de los volcanes es una evidente prioridad de su viaje, en particular el Pico de Orizaba, que Humboldt midió sólo de lejos; esto tiene una importancia para los navegantes que se acercaban a la costa mexicana. Más estaciones en su camino son Puebla/Cholula y Jalapa. Después de su estancia en Veracruz (18 de febrero hasta el 7 de marzo) continúa su viaje por La Habana hacia los Estados Unidos.

En agosto de 1804 – después de cinco años de viaje - Alexander de Humboldt regresa con su material científico a París y es recibido y celebrado por diez mil personas. Entusiasmó y cautivó a la gente con su curiosidad y su saber. El tiempo siguiente lo pasa en París analizando sus resultados, en 1807 se muda a esta ciudad. Luego apoya a varios científicos y artistas (entre ellos el matemático Karl-Friedrich Gauss y el músico Félix Mendelssohn Bartholdy), y aconseja al joven Werner Von Siemens con la fundación de su empresa. Los planes para su “segunda vocación en la vida”, un viaje de investigación a Asia, son obstaculizados una y otra vez.

Humboldt y Bonpland publican varias obras de manera conjunta, la más importante de las cuales es el Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, aparecida en francés, en 13 volúmenes, entre 1816 y 1831.

Visita a Estados Unidos

El remate a la gran expedición americana fue una visita a los Estados Unidos, donde Humboldt ya era considerado como investigador y científico. Su visita fue aprovechada por el presidente Thomas Jefferson, quien lo tuvo tres semanas como "huésped" en Washington DC y Filadelfia. Además de sondear las ideas de su huésped acerca de los límites de estadounidenses con relación a los ríos Sabina o Grande y un Canal Interoceánico, Jefferson ordenó al Secretario del Tesoro, Albert Gallatin hacer copias de los mapas y otros materiales del científico.

El 19 de junio, Humboldt tuvo que pedirle a James Madison que le recordara a Gallatin la devolución de algunos de sus materiales:

 "...Siento que volveré a este hermoso país, en unos pocos años. El camino desde el Missouri hasta el Océano Pacífico será abierto. ... A través del mismo correo, le ruego recordar al Sr. Gallatin mis mapas de México".

El esclavismo en los Estados Unidos

Humboldt, crítico del sistema esclavista, se refirió a esta explotación inhumana en muchas oportunidades; una de ellas es la carta que dirigiera el 20 de junio de 1804 a William Thornton.

Resultados

Entre 1804 y 1827 se estableció en París, donde recopiló y publicó el material recogido en su expedición, contenido todo él en treinta volúmenes que llevan por título "Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente". Uno de los hallazgos derivados de sus expediciones es el estudio sobre el vulcanismo y su relación con la evolución de la corteza terrestre. Durante su estadía en el Perú y Chile, Alexander Von Humboldt pudo percatarse de la diferencia de temperaturas del Océano Pacífico en determinadas épocas del año, especialmente las aguas frías que provienen desde el sur del continente americano en su desplazamiento hasta el norte, pasando por la costa peruana. De allí comenzó a llamarse esta corriente oceánica como Corriente de Humboldt.

Diplomático "ilustrado"

En 1827 regresó a Berlín, fue nombrado chambelán del rey y se convirtió en uno de sus principales consejeros, por lo que realizó numerosas misiones diplomáticas.

Expedición a Rusia

En 1829, por encargo del zar, efectuó un viaje por la Rusia asiática, en el curso del cual visitó Dzhungaria (frontera con China) y el Altai. Durante los últimos veinticinco años de su vida, se concentró principalmente en la redacción de "Cosmos", monumental visión global de la Estructura del Universo. Humboldt es considerado uno de los últimos Ilustrados.

Tras haber gastado toda su fortuna, murió en 1859, sin dejar descendientes y sus restos fueron sepultados en el panteón de Tegel.

Poco conocido

A pesar de su amplia influencia en el mundo, la figura y la obra de Humboldt son relativamente poco conocidas en Alemania. Para dar vuelta a esta situación se han puesto en marcha varios proyectos tendentes a dar a conocer masivamente su obra en su país natal y en el mundo. La más ambiciosa es la iniciativa para construir el "Humboldt Forum", que será un Centro Cultural en el Centro de Berlín.

Por otra parte, la iniciativa del escritor alemán Hans Magnus Enzensberger pretende recuperar la figura de Humboldt como ejemplo para sus conciudadanos, que a su juicio sólo tienen presentes los personajes negativos de la historia alemana. Por ello publicó varias de sus obras (2004), entre ellas Cosmos y Ansichten der Kordilleren. La editorial Eichborn Verlag invirtió 1,5 millones de euros en el proyecto. Como parte de la campaña de divulgación de la figura del explorador, los aproximadamente 32.000 menores que estudian en escuelas que llevan el nombre de Humboldt recibieron gratis un paquete con las ediciones de Enzensberger.

Contribuciones de Humboldt a la ciencia

Esqueleto de Brachiosaurus brancai en el Museo de Historia Natural Humboldt (Museum für Naturkunde), Berlín.

Los textos suramericanos de Humboldt comprenden treinta volúmenes publicados en treinta años. Compuestos de libros científicos, atlas, tratados de geografía y economía de Cuba y México, una narrativa de sus viajes y un examen crítico de la historia de la geografía del Nuevo Continente. Humboldt escribe sus textos científicos en colaboración con otros científicos. Dedicó el volumen consagrado a geología a su amigo Goethe. En su “Cosmos”, cuyo objetivo era comunicar la excitación intelectual y la necesidad práctica de la investigación científica, describe en cinco volúmenes todos los conocimientos de la época sobre los fenómenos terrestres y celestes.

Se atribuye a Humboldt la invención de nuevas expresiones, como isodinámicas, isotermas, isoclinas, Jurásico y tempestad magnética. Desarrolló las bases de la geografía física, la geofísica y la sismología. Demostró que no puede haber conocimiento científico sin experimentación verificable.