Las bases
científicas de la TN
tienen inicios en las investigaciones de los rusos Pavlov y Speransky. Médicos
y cirujanos investigadores como Spiess, Head, Wischnewsky, Bikow, Leriche,
Schleich y otros forman las dilatadas bases de la terapia a través del sistema
nervioso. Más tarde, los hermanos médicos alemanes Ferdinand y Walter Huneke,
desarrollaron la investigación y la sistematización propia de la Terapia Neural.
En 1925 los
hermanos Huneke vieron desaparecer de súbito la jaqueca de su hermana, tan
resistida hasta aquel entonces a diversos tratamientos recibidos. Siguiendo el
consejo de un viejo colega, durante el siguiente ataque de su hermana,
Ferdinand le inyectó atophanil endovenoso (un antirreumático) y vio que la
migraña desapareció de inmediato, junto con todas las manifestaciones
adicionales, inclusive una depresión. No se trataba de una simple supresión
anestésica del dolor ni de un efecto sugestivo. Junto con su hermano Walter, descubrió
la causa del asombroso efecto: Atophanil se fabricaba de dos maneras, para
inyección intravenosa y para aplicaciones intramusculares con un poco de
procaína para mitigar el dolor. Por error, Ferdinand inyectó en vena a su
hermana la ampolleta para aplicación muscular. Allí empezó su asombro.
Ferdinand
inyectó a una paciente con fuertes cefaleas y muy malas venas un poco de
procaína paravenosa, logrando el mismo efecto que si hubiera inyectado en la
vena. Dedujo que no podía ser el resultado de una reabsorción procaínica en el
vaso sanguíneo. La rapidez de las reacciones, también en inyecciones fuera de
la vena, les condujo a pensar en procesos eléctricos que corrían de alguna
manera por vías nervioso - vegetativas. En 1928, publicaron sus experiencias
bajo el título "Desconocidas reacciones a distancia de los anestésicos
locales".
TERAPIA NEURAL GINECOLÓGICA
PLEXO FRANKENHAUSEN
EL PAPEL DEL SN EN EL PROCESO
DE ENFERMAR
Ya en 1906
Spiess comprobó que el impulso nervioso reflejo era un factor básico que
precedía a la inflamación. Según sus observaciones, la extirpación de este
factor primario alteraba el carácter total de la inflamación subsiguiente. En
1921 apareció el trabajo de Laqueur y Magnus relacionado con las consecuencias
del envenenamiento de los gatos con fosgeno, que provocaba perturbaciones
pulmonares sumamente serias. La sección previa de los nervios vagos a la altura
del cuello o bien impedía estas alteraciones o por lo menos las disminuía
considerablemente. Podemos interpretar de sus investigaciones que, en
ocasiones, es más importante el reconocimiento del tóxico que hace el organismo
a través de su sistema nervioso, que el tóxico en sí.
Speransky
insiste en que en los procesos infecciosos agudos o crónicos el papel del microbio
o virus es considerablemente menor que lo que se piensa habitualmente, por otra
parte, el otro factor, el organismo injuriado, es capaz de inflingir un daño a
sus propios tejidos y órganos, mucho más grave que el producido por los
microbios. "Las bacterias y los virus podrían jugar un papel de
indicadores, catalizadores o productores de las irritaciones".
En el caso de
una infección, el germen no es más que la herramienta de que se vale el
organismo para mantener un estado de inflamación, de acidosis, de yang,
necesarios para mantener su tono u orden propios, es decir, como dice Payán, la
enfermedad como camino hacia una organización propia en busca de su teleología.
Lo que ocurre en
situaciones normales es que una irritación no deja huella permanente, pero en
ocasiones el recuerdo permanece tanto a nivel hipotalámico como en la
interconexión de corteza. Cuando Pavlov estudió los reflejos condicionados
planteó que todo estímulo tenía una representación cortical funcional, no
anatómica, con áreas de excitación central e inhibición periférica.
Se destaca la
importancia del terreno, del huésped, del papel del SN y de la centralización
de la irritación frente a la respuesta de todo el organismo.
FOCOS DE IRRITACIÓN
Como veremos más
adelante, un campo de interferencia es una irritación que permanece en la
memoria y que en determinado momento uno o varios de ellos pueden causar
cambios patológicos en un momento y en un ser dado.
Un nervio con
una irritación permanente o con el recuerdo de ella sufre lo que se ha
denominado parabiosis, cuyos principios son postulados en el Text Book of
Phisiology de Bykov: "Debido a la fase refractaria que sigue a cada
impulso de excitación, el tejido excitable puede producir sólo un número
limitado de impulsos por unidad de tiempo. Si la fase refractaria absoluta
dura, por ejemplo 0,002 segundos, el tejido no puede producir más que 1:0.002 =
50 impulsos por segundo; a mayor frecuencia, las estimulaciones individuales
actuarán hacia el tejido, el cual aún está en un estado de completa
inexcitabilidad, debido a lo cual la frecuencia de los impulsos será más baja
que el de la estimulación".
Según Wedensky,
al estudiar el paso de los impulsos a través de una sección del nervio
modificado por la acción de narcóticos, solución salina, corriente eléctrica
fuerte, calentamiento, presión mecánica, etc., la labilidad de esta sección
modificada disminuye la conducción de impulsos a través de la sección
modificada del nervio situado entre el sitio de estimulación y el músculo con
rasgos característicos. La diferencia entre la acción de la estimulación
rítmica fuerte y débil desaparece primero (etapa de ecualización). Como un
resultado de cambios mucho más profundos en esta sección del nervio, una
estimulación fuerte evoca una contracción muscular apreciable del todo, o bien
una contracción inicial débil; mientras que una estimulación débil continua
produce una considerable tetanización (estado paradójico). Finalmente la
sección modificada del nervio pierde su habilidad de reacción no sólo ante
estimulaciones fuertes, sino también ante estimulaciones débiles (estado
inhibitorio, completa inconductibilidad).
Wedensky
planteaba cuando el estado de parabiosis está completamente desarrollado el
tejido parece haber perdido sus propiedades funcionales (excitabilidad y
conductibilidad), ya que siendo él mismo fuertemente excitado se convierte en
refractario para nuevas estimulaciones y generador de nuevos estímulos.
VÍAS DE LA CORTICALIZACIÓN
No toda
irritación, química, térmica o traumática se conserva en el organismo, pues hay
traumas, cirugías, infecciones o inflamaciones que apenas influyen en la salud
del enfermo. Para que la irritación permanezca presente y actuante se deben dar
factores aún desconocidos que influyen en el tono neural inicial y que hacen
que el ser humano no pueda eliminar la información. Esto lo convierte en un
evento muy complejo en el que se afecta todo el organismo, por esto la
extrapolación a los seres vivos de los estudios realizados in vitro son sólo
aproximaciones a la realidad. Los estudios realizados in vivo que más se
acercan a la realidad son los que tienen en cuenta todas las variables
posibles, y esto es una auténtica utopía para el método científico, pues sólo
puede lograr que un experimento concluya con un resultado idéntico al
repetirlo, si excluye infinidad de factores que pueden "sesgarlo", y
en la vida real, estos factores forman parte de nuestra cotidianidad.
Recordando a
Payán, el cuerpo es un sistema biológico de alta complejidad con billones de
células y más de 300.000 reacciones enzimáticas por segundo y célula,
termodinámicamente abierto, en constante intercambio de materia y energía con
el medio (ecología), influenciado por la temperatura, la humedad, las
corrientes de agua subterránea, el campo electromagnético, la posición de los
astros, la composición del aire y de los alimentos, la dieta, la familia, el
trabajo, etc. Todo eso nos hace únicos, irrepetibles, con un orden caótico
individual. Por eso, una terapia que quiera ser causal, y no caer en la
linealidad y el mecanicismo, no puede utilizar el protocolo y el vademecum.
Tomado del
trabajo de Melzack y Casey observamos cómo los impulsos llegan desde los
receptores periféricos (nociceptores) a la médula, y de allí previa
integración, ascienden al tálamo sensorio donde se acumula la información
sensorio discriminativa en donde se almacena la capacidad de identificar el
tipo de irritación (mecánica, térmica, química), su componente temporo-espacial
y su intensidad.
En la dimensión
afectivo-emotiva se acumula el malestar, bienestar o estado sensorio unido a la
irritación. Luego el impulso llegará a la corteza asociativa en donde se
efectúa la dimensión cognoscitiva, allí hay una integración sensitiva o motora
de todo el fenómeno y parten vías eferentes hacia la periferia, pudiéndose
producir afecciones y alteraciones que pueden causar efectos a distancia.
Por Pavlov se
sabe que el proceso parabiótico no se presenta sólo en el sitio periférico sino
que tiene representación funcional (no anatómica) a nivel de corteza cerebral.
Al aplicar un dieléctrico (procaína al 0.5%), el impulso, a través de la medula
llega al hipotálamo y al córtex produciendo nuevas conexiones que borran la
memoria y permiten entender la acción terapéutica de la TN.
Por estudios previos
de Speransky y Spiess ya sabemos que la procaína en bajas concentraciones (1% o
menos) tiene efectos reguladores sobre estas zonas.
Speransky y
Dosch planteaban que los ganglios simpáticos juegan un papel importante como
estaciones de relevo en el proceso de información, de allí la importancia, a
veces, de la aplicación ganglionar en la
TN.
En el libro
Manual de cirugía veterinaria (Plajotin) se describe: "El bloqueo
novocaínico (procaínico) del nervio y de sus receptores que se encuentran en
estado de superexcitación debido al influjo de acciones alterantes, disminuye o
interrumpe por completo ese flujo de estímulos fuertes o superfuertes dirigidos
a los centros nerviosos, sustituyéndolos por estímulos débiles que van desde
las zonas de novocainización (procainización). Eso favorece la supresión de la
superexcitación de la corteza cerebral, de los centros subcorticales y de la
formación reticular y a causa de esto, la mejoría de la acción trófica de los
mismos sobre la periferia y los órganos internos. Como resultado, "el
efecto terapéutico del bloqueo de novocaína (procaína) con respecto al foco
patológico, está condicionado no por la desconexión de los receptores, los
nervios y otras vías de conducción, sino que se determina por la mejoría de sus
propiedades funcionales después del bloqueo".
MODUS DE ACCIÓN DE LA TERAPIA NEURAL
Según Peter
Dosch, cada célula equivaldría a una pequeñísima batería de potasio con un
potencial de 40 a
90 milivoltios. Cada estímulo hace caer el potencial: despolarización.
Normalmente la célula lo recupera de inmediato: repolarización (figura 2). La
energía necesaria para ello procede mayoritariamente del metabolismo del
oxígeno. Si los estímulos irritantes son muy frecuentes o muy fuertes, la
célula pierde la capacidad de responder ante éstos, por lo que se encontrará en
un estado de despolarización permanente, debilitada y enferma. A nivel de la
membrana celular se altera el funcionamiento de la bomba de sodio - potasio,
esto puede provocar descargas rítmicas, actuando como campos interferentes.
Los anestésicos
locales poseen un alto potencial energético, alrededor de 290 milivoltios, y al
ser inyectados en microdosis en las zonas de irritación, despolarizadas, tienen
la capacidad de repolarizar y estabilizar el potencial de membrana de las
células afectadas, permitiéndoles así recuperarse y estabilizar el sistema
neurovegetativo.
TERAPIA SEGMENTAL
La terapia
segmental de acuerdo a Huneke se refiere al uso selectivo de la procaína en el
área de manifestación del proceso de la enfermedad. Es decir, si la persona
padece de dolor en la rodilla (independientemente del diagnóstico), se inyectan
pequeñas cantidades de procaína en la piel de la rodilla, a modo de pápulas; si
sufre de trastornos respiratorios (bronquitis, asma, ..., sin importar mucho el
diagnóstico), la procaína se aplica en pápulas en la piel del tórax. La mejoría
lograda con la terapia segmental puede ser inmediata y suele aumentar con la
repetición hasta poder llegar a la ausencia de síntomas. A diferencia de la
terapéutica farmacológica, en la que el organismo acaba por habituarse a la
droga, aquí la mejoría suele ser cada vez más duradera y los síntomas menos
intensos, debido en parte a que se actúa sobre una área del SNV cada vez menos
irritada.
Por lo que se
conoce, la terapia segmental actúa vía refleja (cuti-visceral,
viscero-visceral, etc.), puesto que todas las partes de un segmento reaccionan
como unidad y en forma refleja a ciertos sucesos que se producen en el mismo
segmento.
A mi modo de
entender, en TN es difícil hablar de tratamiento de segmento, pues se
contradice con la visión integral del ser humano. Siempre que apliquemos un
estímulo neuralterapéutico debemos prestar atención a cualquier reacción en la
totalidad de la persona. Todo acto médico, con o sin aguja, implica un estímulo
en el paciente (y en el médico) y debemos valorar sus respuestas, ya que
también forman parte del diálogo.
TERAPIA NEURAL TÉCNICA
CAMPO INTERFERENTE
En 1940 acudió
al consultorio de Ferdinand Huneke una mujer con una bursitis de hombro derecho
que se resistía a todos los tratamientos. Basados en la concepción que el
origen podía ser un foco infeccioso que provocase bacteriemia, le sacaron los
dientes con infecciones y le extirparon las amígdalas. Huneke hizo lo que
llevaba años practicando, una terapia neural de segmento: le inyectó impletol
(procaína + cafeína) intravenoso del lado enfermo, colocó pápulas alrededor de
la articulación del hombro, inyectó peri e intra - articular y, como no
mejoraba, le inyectó también en el ganglio estrellado. Todo esto, en casos
similares había sido efectivo. Aquí no hubo mejoría.
La señora
regresó un par de semanas después debido a que le apareció una inflamación
bastante dolorosa en la zona pretibial izquierda, justo donde había la cicatriz
de una osteomielitis que había padecido hacía 35 años. "Ya que no pudo
hacer nada por mi hombro, podría ayudarme con mi pierna" le dijo la
paciente a Huneke. Éste aplicó unas pápulas en la cicatriz y de súbito
desaparecieron los dolores del hombro del otro lado del cuerpo, en una forma
tan total que la paciente, tras años de inmovilidad, movía estupefacta el brazo
en todas las direcciones. "No tengo el más mínimo dolor" exclamaba.
Después de ésta
única sesión sobre la cicatriz de la antigua osteomielitis en la pierna
izquierda quedó sin dolor y con perfecta movilidad el hombro derecho, con
efecto permanente.
Leriche reportó
10 años antes que Huneke haber visto desaparecer dolores lejanos después de
anestesiar una cicatriz. Dosch define el campo interferente como un tejido
crónicamente alterado (en permanente despolarización) que produce por vía
neuronal afecciones y enfermedades a distancia. Payán lo define como una
irritación que permanece en la memoria y que, en determinado momento, uno o
varios de ellos pueden causar cambios patológicos en un momento y en un ser
dado.
Cualquier
infección, inflamación, traumatismo, cicatriz, afección odontológica, etc.
padecida en cualquier parte del organismo, así como afecciones psíquicas
estresantes, traumatismos emocionales, puede actuar como Campo Interferente
(C.I.), lanzador de estímulos irritativos que alteran la modulación y la
frecuencia de las informaciones en el SNV. Entonces llegan a producirse los más
variados procesos patológicos ("enfermedades") en cualquier otro
lugar del organismo.
Estos C.I.
pueden ser desconectados, neutralizados, mediante un impulso neuralterapéutico
(aplicación selectiva del anestésico local diluido y en pequeñas cantidades).
Pischinger
comprobó desviación en la composición de la sangre, en las temperatura y en el
metabolismo del oxígeno, en el Sistema Básico de los campos de interferencia.
Por medio de
aparatos de micro-bioelectrónica, se pueden medir los C.I. Una vez
desinterferidos, se puede medir nuevamente el potencial eléctrico celular,
encontrándolo dentro de los niveles normales que es de 40 a 60 EAV (Electro
Acupuntura según Voll). Esta comprobación se puede hacer también mediante un
test muscular, que resulta más simple. Una persona suele perder fuerza muscular
cuando se toca una zona interferente (cicatriz, amígdalas, muelas del juicio,
etc), y la recupera inmediatamente después de aplicar ahí la procaína.
El C. I. puede
ser una explicación del porqué, en ocasiones, ciertas terapias muy bien
indicadas y aplicadas no obtienen una respuesta satisfactoria.
A menudo los
C.I. son casi evidentes: dolores de cabeza (o migrañas) que aparecen después de
una intervención quirúrgica o alrededor de los 18 años, cuando empiezan a salir
las muelas del juicio; alergias y asma en personas que padecieron de
amigdalitis de repetición en la infancia; cansancio, ansiedad o depresión que
surge después de una cesárea; lumbociatalgias en personas con cicatrices
abdominales (por intervenciones de apéndice, hernia, útero, laparoscopia, ...);
y un largo etcétera.
FENÓMENO EN SEGUNDOS
El Dr. Ferdinand
Huneke llamó así a la desaparición inmediata y mantenida de los síntomas
provocados a distancia por un campo interferente, al inyectar procaína en él.
Según Huneke, dicha reacción debe cumplir las siguientes condiciones:
Desaparecer en un 100% todas las molestias
a distancia producida por el campo interferente, hasta donde la anatomía lo
permita.
La total liberación de los síntomas tiene
que mantenerse por lo menos 8 horas, si el campo interferente está en los
dientes, y 20 horas si se halla en cualquier otra parte del organismo.
Si aparecen los síntomas y aplicamos
nuevamente el tratamiento neural en el mismo campo interferente observamos que
la liberación total de los síntomas tiene una mayor duración que en la
aplicación anterior.
A mi parecer,
estas condiciones, junto con otras definiciones clásicas de la terapia neural,
son un modo de dar formato académico a esta terapia. Quizás una buena manera de
entenderlo sea un caso clínico.
L.C., mujer de
38 años que acude por dolores generalizados ("me duele incluso la
piel"), agotamiento importante y retención de líquidos. Le han
diagnosticado una fibromialgia. Fue intervenida de un craneofaringioma a los 18
años de edad, le extirparon la hipofisis ("lo pasé muy mal, hay cosas de
mi adolescencia que no recuerdo"), y reintervenida a los 26, además de
varias sesiones de RT. Unos años más tarde decide quedarse embarazada y lo hace
vía inseminación artificial más tratamiento hormonal. Poco después empiezan
todos los síntomas.
Le aplico la
procaína 0.5% en el plexo ginecológico y en la cicatriz de la primera
intervención del craneofaringioma (la que le afectó más, según ella). Tan
pronto como retiro la aguja de su cuerpo, esta señora se levanta y dice no
tener absolutamente ningún dolor. Empieza a apretarse los músculos y se pone a
llorar: "cómo puede ser, no me duele!, fíjate, puedo apretarme y no me
duele!". Refiere sentir una sensación de levedad y de ligereza.
En la siguiente
visita, 2 meses más tarde, cuenta que perdió 3 Kg en 24 horas, y 2 Kg más en las semanas
siguientes. "Me he deshinchado". "Ahora piso el suelo y no me
duele nada". "Ahora me dicen que voy muy rápido, antes lo hacía todo
lentamente". "Me ha cambiado el humor, ya no estoy malhumorada, tengo
ilusión". "Antes bebía por efecto de la hormona antidiurética, ahora
bebo porque me apetece el agua"... Pero ha aumentado un dolor que tenía en
el cóccix y que apareció después de la segunda intervención del tumor craneal.
Desde entonces no tolera que nadie le toque el pelo, motivo por el que no va a
la peluquería. Le pincho con procaína la cicatriz de esa intervención, e
inmediatamente desaparece la coxalgia y puedo jugar con su pelo y masajearle la
cabeza sin que le moleste.
5 meses más
tarde aparece de nuevo en la consulta. Desde que su marido tuvo un grave
accidente, ella empezó a sentir como los dolores y el agotamiento iban
reapareciendo progresivamente. Pinchamos de nuevo el plexo ginecológico y, en
unos segundos, desaparecen de nuevo todos los dolores y el cansancio. El dolor
en el cóccix persiste, pero a petición suya, ese día no pinchamos más.
Reaparece al
cabo de un mes diciendo que la mejoría le duró tan solo 15 días, y que la
coxalgia no se alivió en ningún momento. Está muy hinchada y vuelve a
molestarle que le toquen el pelo. Aplico primero la procaína en la cicatriz de
la primera intervención y desaparecen de nuevo todos los dolores de inmediato,
y, de la misma manera, nota como se le deshinchan las manos. Un par de minutos
más tarde pinchamos la cicatriz de la segunda intervención, y enseguida
desaparece el dolor del cóccix y se puede volver a acariciar su pelo. Hasta la
fecha, esta señora sigue fantásticamente bien.
En mi opinión
los efectos en segundos no son tan extraordinarios, si tenemos en cuenta la
definición que hacen los alemanes de este fenómeno. Lo que me parece es que,
después de la desaparición de los síntomas por los que acude la persona, pueden
emerger otros, en otra parte o en otra esfera (psíquica, por ejemplo). Por eso
se establece un diálogo con el neurovegetativo en el proceso de enfermar y de
sanar.
Así pues, si
desaparece inmediatamente una lumbalgia después de aplicar procaína en un campo
interferente (por ejemplo, la cicatriz de la vacuna de la viruela), podría
entenderse como un fenómeno en segundos. Eso es relativamente habitual. Pero si
vamos más allá, y mantenemos esa visión holística que nos caracteriza,
entendería la aparición de síntomas nuevos o antiguos, físicos o emocionales, como
que forman parte del proceso de sanar, y por lo tanto, no ha habido tal
fenómeno en segundos, pues la persona sigue en el mismo proceso pero sin
lumbalgia.
EFECTOS ADVERSOS
Si la procaína
que se utiliza está totalmente libre de conservantes, las reacciones adversas
son extremadamente raras. Suelen ser inflamaciones más o menos dolorosas en los
puntos de aplicación, leve mareo, relajación, fiebre, agotamiento, dolores
musculares como agujetas, etc., pero estos síntomas más bien corresponden a
reacciones que podríamos considerar autocurativas y suelen ser pasajeros y sin
consecuencias. Suelen autolimitarse en 24 a 48 horas. Suele aliviar mucho la
aplicación de unos paños de agua caliente en la zona que ha reaccionado.
En TN se trabaja
también desde hace décadas en niños lactantes y en mujeres embarazadas. La
experiencia acumulada por numerosos profesionales con cientos de miles de
pacientes hace que esta sea una terapia segura si se es un buen conocedor de la
técnica.
UN MODO DE TRATAR
Cada relación que
une al médico terapeuta neural con cada uno de sus pacientes, puede compararse
a lo que sucede en un escenario donde sin ensayo ni guión, se representa y se
escribe una obra teatral inédita.
Lo que la
persona nos cuenta, lo que siente, lo que le molesta y la exploración, es
nuestra manera de dialogar con su neurovegetativo. El diagnóstico académico y
las pruebas complementarias, sin rechazarlas, resultan secundarias,
complementarias.
Si dejamos
constancia de su sentimiento y su estado emocional, podremos observar después
los cambios a ese nivel, que son siempre trascendentes, casi un signo de
garantía de mejoría también física o de curación.
Es importante
saber cómo empezó, cuáles eran los primeros síntomas y dónde aparecieron y
sobretodo, con qué lo relaciona la persona. Los antecedentes quirúrgicos,
infecciosos, traumáticos, odontológicos y ginecológicos son importantes para
valorar posibles focos de irritación en el SN.
Los hábitos
alimentarios, fisiológicos y tóxicos son muy importantes para regular el
proceso de curación, en ocasiones son imprescindibles, a veces su modificación
puede ser el único tratamiento necesario.
Me acuerdo de un
señor al que tuve que visitar en su domicilio porque no podía moverse del sofá
desde hacía varios días. Un intenso dolor lumbociático se lo impedía. Comía,
dormía y hacía sus necesidades desde el mismo sofá. Después de la aplicación de
un Troncal Simpático a nivel de L5, pudo levantarse y subir las escaleras que
llevaban a su habitación. Pero ¿porqué una persona se autoinmoviliza hasta
estos extremos?.
Nos volvimos a
ver al cabo de una semana para dialogar. Ese señor, empresario, casado y con un
hijo, hacía meses que pensaba en suicidarse. El día que hizo la lumbociatalgia
era el mismo día que pensaba ahorcarse. Seguía un tratamiento psiquiátrico a
base de antidepresivos y altas dosis de ansiolíticos. Mientras hablábamos se
acordó que desde que le pinché, hacía una semana, no se había tomado ninguna de
las 8 pastillas diarias que le mandó el psiquiatra. Simplemente se olvidó.
Yo creo que
mediante la TN,
ese señor buscó un nuevo orden interior, en su desilusión, impotencia, rabia,
miedo, que hasta entonces lo manifestaba con dolor. Si nos quedamos en la mera
desaparición del dolor, nos olvidamos de lo esencial. Si no sucede un cambio en
lo emocional, al menos en este tipo de situaciones en las que la afectación
psíquica es tan clara, lo más probable es que el dolor somatizado reaparezca,
de ahí la importancia de preguntar: "¿Cómo se siente usted?"
Otro caso muy
didáctico es el de una señora, enfermera, divorciada y madre de tres hijos.
Acudía porque sufría de menstruaciones muy dolorosas, hemorrágicas e
irregulares. Le extirparon los ovarios por quistes de gran tamaño, le sacaron
tumores benignos de los pechos y pólipos de su cuello uterino. Le realizaban
una biopsia cada 6 meses para controlar su hiperplasia adenomatosa de
endometrio. Sus tres hijos nacieron, casi de un modo pronosticado, por cesárea.
Según palabras
de ella: "cuando me separé de mi esposo empecé a mejorar de todos mis
tumores -quistes, papilomas, pólipos, hiperplasia-, pero sigo teniendo una
regla muy abundante y dolorosa que me impide ir a trabajar dos días al
mes". Pinchamos el plexo ginecológico y la cicatriz de las cesáreas.
A los dos meses
volvimos a vernos. Sus menstruaciones habían sido mucho menos abundantes y sin
apenas dolor. Mejoraron también otros síntomas como pesadez de piernas,
molestias en los pechos, flujo vaginal, cansancio, inestabilidad cefálica.
También desaparecieron unos quistes que quedaban en el ovario izquierdo según
informó el último parte ecográfico. Pero lo más significativo fue que le
reapareció en la memoria consciente los recuerdos de los abusos sexuales que
padeció en su infancia. Y ahora, después de tantos años, tenía la necesidad de
explicarlo.
En muchas
ocasiones, yo no logro entender una mejoría física completa si no se acompaña
de otra mejoría auténtica en la totalidad del ser, ya sea que estemos tratando
una "migraña", un "hombro doloroso", una
"ciática" o una "dismenorrea".
Esta percepción
del proceso de salud - enfermedad tiene muchos puntos en común con lo que
decían los homeópatas Hering y Kent, y seguramente con otras visiones
universales en las que se presta más importancia a la fuerza vital, a la
capacidad de autocuración, al chi o como le queramos llamar.
CASOS CLÍNICOS
Voy a exponer
unos casos clínicos que hacen más comprensibles los conceptos explicados, pero
quisiera destacar que son simples relatos de hechos sucedidos en un momento
dado en una consulta de terapia neural. La búsqueda del fenómeno en segundos no
pretende ni debe ser un objetivo en cada acto neuralterapéutico, eso sería un
error. Los casos expuestos en este artículo son reales, y creo que pueden
ayudan a entender y valorar esta terapia, pero no deben hacer pensar al lector
que la evolución es siempre tan rápida y agradecida.
Elena es una
niña de 2 años que realiza crisis asmáticas cada 15 días desde los 6 meses de
edad, junto con múltiples cuadros de bronquitis. Su madre busca una alternativa
a los antibióticos, corticoides y broncodilatadores y dice estar cansada de ir
a urgencias cada dos semanas, siempre sale con el mismo tratamiento. Le pincho
varias pápulas con procaína 0.5% en el segmento de tórax y le aconsejo
sustituir los lácticos por licuados de soja o de frutos secos. A los 15 días
repetimos la sesión de pinchazos porque volvía a tener una crisis, aunque más
leve. Han pasado 6 meses y la niña sigue sin ninguna crisis asmática ni
bronquitis. Está más tranquila y vuelve a jugar con su primo sin pelearse en
cada momento. Ha recuperado peso. En los niños, esta reacción tan rápida a la
terapia neural es muy frecuente, y en ellos, una o dos sesiones suelen ser
suficientes en la mayoría de los casos.
Varón de 32 años
que acude por padecer rinitis y conjuntivitis alérgica de 12 años de evolución.
Al principio, las crisis eran sólo primaverales. En los últimos años se han
vuelto diarias, y los antihistamínicos apenas le alivian. Durante su infancia
padeció de amigdalitis de repetición, tratadas con antibióticos y antitérmicos.
"Casualmente" desde que crea el cuadro alérgico, no hace infecciones
de garganta. Aplicando procaína en sus polos amigdalares, este señor nota como
se le destapa la nariz. Al día siguiente, se prepara para su habitual salva
matutina de estornudos, pero éstos no llegan, ni tampoco la mucosidad nasal ni
el lagrimeo. A los 20 días reaparecen los síntomas, aunque más leves. Una
segunda inyección en los polos amigdalares provoca la misma desaparición de las
molestias. Al cabo de varios meses este paciente acude porque le regresaron los
síntomas de la alergia después de tomar antibióticos y antitérmicos para
suprimir una faringoamigdalitis que hizo como las que tenía de pequeñito.
Vuelvo a aplicar el estímulo neuralterapéutico en la misma zona. En la
actualidad sigue sin crisis alérgicas.
Una mujer de 49
años que padece mareos desde los 14 años y que atribuían a su hipotensión
habitual (80/50 mmHg) acude a visitarse. La sensación de vértigo ha empeorado
mucho en los últimos 5 meses. En la historia nos cuenta que le extirparon las
amígdalas a los 4 años de edad, y que a menudo sufre de intensas irritaciones
de faringe. Las menstruaciones son regulares y muy abundantes. Dos partos y
ningún aborto. Se le complicó la extracción del cordal 38. Los cordales 18 y 48
no tienen espacio retromolar, y el 28 está incluido. Le aplico procaína al 0.5%
en los polos amigdalares, y la sensación de vértigo desaparece inmediatamente.
La señora se acuesta y se reincorpora de la camilla en varias ocasiones y
refiere no sentir mareo alguno. En la actualidad esta mujer sigue sin mareos ni
vértigos.
Como vemos, con
un mismo campo interferente, en este caso son las amígdalas, una persona puede
manifestar la enfermedad en cualquier área de su cuerpo, y en ese proceso van a
intervenir múltiples factores y variables que desconocemos.
Para que alguien
se mantenga en un estado de vértigo inhabilitante durante varios meses, algún
otro agente desestabilizador debe haber además de su foco amigdalar. Yo
interpreto que, a través de la historia clínica, del diálogo, podemos llegar a
entender (si aprendemos a escuchar) que ese foco amigdalar es, para ella,
desequilibrante. El estímulo neuralterapéutico puede repolarizar fácilmente esa
zona del neurovegetativo, y ese estímulo regulador en una área tan específica
del todo, es una oportunidad que tiene esa totalidad para buscar un nuevo
orden, de mayor bienestar, en el que el vértigo ya no es necesario.
Un señor de 52
años acude por dolor en su hombro izquierdo, que no mejoró con
antiinflamatorios, ni con infiltraciones de cortisona ni con una intervención.
Se diagnosticó de tendinitis. La intervención dejó como secuela una importante
limitación en la movilidad. Le han recomendado reintervenir pero él prefiere
que probemos con la terapia neural, ya que hace unos años ésta le ayudó a
"solucionar" su herpes zoster genital que llevaba años
manifestándose. Primeramente le inyecto en la cicatriz de la intervención y en
unos puntos dolorosos de la zona, y debido a su mejoría instantánea, no hacemos
nada más. A los 10 días acude de nuevo porque el dolor regresó a las pocas
horas de pinchar. Le apliqué la procaína una vez más en la cicatriz y en el
ganglio estrellado izquierdo, y mejoró otra vez de inmediato. 20 días más tarde
regresa a la consulta diciendo que su dolor reapareció a las pocas horas pero
que además, durante 2 días le aparecieron unas vesículas en el pene que le
recordaban al herpes zoster genital que tuvo hacía unos años, pero las lesiones
desaparecieron solas. Fueron como una señal que nos da el organismo que indica
que por ahí queda una irritación.
A eso le
llamamos el salto del campo interferente. Debemos saber escuchar qué nos está
diciendo la persona mediante su neurovegetativo, con sus signos y síntomas.
Aunque yo, después de unos años, haya olvidado que este señor tenía una
irritación importante en sus genitales, la memoria de su sistema nervioso nos
hizo recordar que tal irritación seguía
ahí. Después de aplicar la procaína en su plexo pélvico-prostático, el señor
empezó a mover su hombro sin dolor y sin limitaciones. Han pasado tres años y
sigue bien.
El último caso
que expongo es tan importante como los anteriores. Señora de 36 años con
dolores generalizados y agotamiento, a la que han diagnosticado de
fibromialgia. Después de acudir en cuatro ocasiones a mi consultorio, llama por
teléfono diciendo: "mira, no vendré más porque estoy harta de recibir
pinchazos y permanecer igual". Esta situación también se da, a veces, en
la terapia neural.
Inyección en una
cicatriz. La inyección debe hacerse en el plano más superficial a modo de
pápulas (en epidermis es donde hay más terminaciones nerviosas) pero también en
los planos más profundos (ahí también hay cicatriz).
PÁPULA
VENTAJAS:
Como dice
Machiavelli, traumatólogo argentino, comparada con el resto de la terapéutica
conocida y utilizable para un mismo fin, la TN constituye un modo de tratar de muy buenos
resultados, muy económica, de alta confiabilidad y de muy baja yatrogenia.
Machiavelli nos
sigue contando que la
Terapia Neural tiene ventajas comparativas respecto a otras
propuestas terapéuticas, no sólo por los buenos resultados terapéuticos que se
obtienen, sino que ellas también se manifiestan en el proceso mediante el cual
un organismo enfermo accede a una respuesta terapéutica. Pues no será lo mismo
eliminar un dolor con corticoides o con morfina, que con un procedimiento de
TN. En la primera situación (cortisona) se introduce una conducta hormonal que
impone alteraciones disreguladoras en varios sistemas y órganos; con la segunda
(morfina), mediante una conducta también específica y dirigida, se interviene
químicamente en el ámbito de la percepción central sobre el síntoma dolor,
afectando a su vez otras funciones cerebrales. Mediante los antiinflamatorios
se busca la supresión de la respuesta fisiológica de inflamación del organismo.
En el caso de la TN, lo que se hace es producir
un estímulo regulador, inespecífico, en un área específica del SN, para que sea
el propio organismo -si es que todavía está en aptitud de hacerlo- el que
encuentre un nuevo orden, y así como tuvo la capacidad de hacer un síndrome o
enfermedad, también pueda recurrir a sus propios órganos y/o sistemas efectores
de procesos de autorregulación homeostática para acceder a la curación y, de no
ser posible, al alivio.
En este proceso
intervienen también los cambios que la persona tiene oportunidad de hacer
merced a la concienciación de lo ocurrido tanto en el proceso de enfermar como
en el de sanar.
Debemos ser
consecuentes y seguir con ese diálogo que iniciamos con el Sistema Nervioso
Vegetativo, desaconsejando la reducción de la TN a tratamientos sintomáticos y locales. Gracias
a los procesos de memoria del organismo, observamos con frecuencia que cuando
neutralizamos una irritación principal (campo de interferencia), nos aparecen
otras. Es lo que se llama el salto del campo o un "Diálogo con el Sistema
Nervioso", y nos indica el siguiente foco de irritación al que debemos
dirigirnos. Y así, conversando con la totalidad del SER, a veces se llega a la
propia esencia.
BIBLIOGRAFÍA
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Se extenderán tus alas". Mc Graw Hill. Colombia, 2000
Lorenz Fischer. "Terapia Neural según
Huneke. Fundamentos, técnica, aplicación practica". Ciudad de México, 2000
Peter Dosch. "Terapia Neural según
Huneke" (3 tomos) (traducción de German Duque, Los Robles, Popayán,
Colombia)
Ernest Adler. "Enfermedades generales
causadas por irritación del sistema neurovegetativo producidas por problemas
dentales y amigdalares. Diagnostico y terapia". 3ª edición, 1983
Speransky. "Bases para una nueva
teoría de la medicina". Ed. Psique. Buenos Aires
Vischñevsky. "El bloqueo novocaínico y
los antisépticos oleobalsámicos como una forma de terapéutica patogénica".
Ed. Cartago. Buenos Aires, 1958
K.M. Bykov, I.T. Kurtsin. "Patología
córtico-visceral"